La sobreexplotación de las aguas subterráneas ha estado ocurriendo en China desde la década de 1960, cuando el gobierno alentó a los agricultores a construir pozos artesianos para irrigar sus campos. En 2013, 24 provincias chinas se vieron afectadas por el agotamiento de los acuíferos subterráneos. Para recuperar estos recursos hídricos amenazados, el gobierno chino implementó el Proyecto Piloto para el Control de la Sobreexplotación de las Aguas Subterráneas (PPCSES) en la provincia de Heibei desde 2014 hasta 2016. Una vez alcanzada la fecha límite, el nivel de las aguas subterráneas ha aumentado gracias a las medidas adoptadas por la provincia. El experimento se está llevando a cabo ahora a mayor escala.
En el proyecto piloto, las acciones concretas que se llevan a cabo se basan en los servicios que la Naturaleza puede proporcionarnos. Se han implementado actividades de reducción del consumo de agua. Una de las principales medidas era cambiar las prácticas agrícolas. En Heibei, la cultura tradicional es la rotación del trigo de invierno y el maíz. El trigo de invierno requiere mucha agua y crece en medio de la temporada seca. Para adaptarse, los agricultores dejaron de plantar trigo en 130 000 ha, ahorrando 2700 m3/ha. En cambio, cultivaban maíz, girasol, cacahuetes o pastos. También han sustituido el trigo por bosques, setos y hierbas medicinales en 34.000 ha, ahorrando una cantidad considerable de agua. Además, se han interrumpido las prácticas intensivas y se han sustituido por la siembra directa y la cubierta vegetal para mantener el potencial agronómico del suelo. Estas prácticas, llamadas "agricultura de conservación" permiten reducir el uso del agua al mejorar la capacidad de retención de agua del suelo. Durante el período piloto del proyecto, se cultivaron 83.000 hectáreas de campos utilizando estos métodos blandos.
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